Mª Teresa Pérez Hernández

“Me gusta tejer y sentir que vivo en otra época en la que el tiempo tenía otro valor”

Esta artesana residente en Candelaria, se inició en el oficio en la década de los 80 a la edad de 21 años, recibiendo las enseñanzas de su prima Inés García Hernández, quien a su vez las recogió de una antigua tejedora de Taganana, Doña Juana Negrín. “Contemplaba a mi prima elaborar unas mantas de lana en un telar que ella misma se había construido, y la actividad me llamaba tanto la atención que un par de años después ya tenía yo mi primer telar. Mis primeros trabajos fueron traperas, alfombras y talegas de trapo elaboradas a partir de sábanas viejas teñidas y hechas tiras que vendía después a mis conocidos, para posteriormente aventurarme a participar en mercados de artesanía”. María Teresa Pérez lleva ya treinta años ejerciendo este oficio porque según declara “me encanta tejer, y la libertad de crear con mis manos, a través de un entramado de hilos y colores, obteniendo así un objeto que va a cumplir una función”.

Se considera una amante de las tradiciones, en especial las relacionadas con la actividad manual. La Antropología y la Etnografía son su debilidad y como pedagoga, desarrolla la actividad educativa paralelamente a la artesanal.

En Madrid participó en varias ferias que le sirvieron para intercambiar conocimientos con artesanos del sector y entrar en contacto con nuevos materiales. Entre los que utiliza en su telar se encuentran la lana, el algodón, la seda, el lino, el rayón, el lurex, la rafia, el yute y los acríclicos; en definitiva, como ella suele comentar “utilizo cualquier fibra susceptible de ser tejida”.

«Es el destino o uso de la pieza que voy a elaborar la que determina el tipo de hilatura que utilizaré, el tamaño y los remates del mismo.” Trabaja siempre sobre un hilo base que le sirve para hacer de tres a siete piezas. El resultado final da lugar a creaciones totalmente distintas, al mezclar el hilo de la urdimbre con los de la trama totalmente diferentes.

La inspiración para sus piezas la busca en el color, sus mezclas, la textura y el grosor de la materia prima y en su ejecución sigue las técnicas artesanales que se han mantenido a lo largo del tiempo desde el siglo XVIII, “utilizo lanzadera volante y telares de pedales y maquineta”, mientras que la innovación la encuentra en el uso de materiales de nuevas texturas.

Entre las numerosas piezas que salen de su telar podemos destacar la elaboración de complementos como los chales, bufandas, bolsos, ponchos, manguitos, cuellos, para la decoración del hogar como cojines, colchas, talegas, mantas, cortinas, estores y piezas de tela para confección, y trabajos más artísticos como lámpara, murales o tapices.

Ángela Cruz