María Gloria Triana Lorenzo -Bordadora

Para mí la artesanía significa vida y también relax, no podría vivir sin poder bordar

Natural de la isla de La Palma, esta magnífica artesana especializada en el bordado indefinido y richelieu se inició en la actividad desde muy pequeña. “Recuerdo empezar a bordar a los siete años, y desde entonces y no lo he dejado”. “Yo bordaba y guardaba cada una de las piezas que realizaba para mí o para regalar a familiares”,  pero es a partir de los años setenta cuando María Gloria comienza a recibir encargos, lo que la decide a obtener el Carnet de Artesano.  “Empecé a acudir a ferias en los años 80, una actividad que complementé con la enseñanza de este oficio que para mí es lo más grande, dando clases en las Asociaciones de Vecinos a través del Ayuntamiento de Santa Cruz”.

Sus inicios como bordadora le vienen a esta artesana de tradición familiar. Su madre y su tía, consideradas dos buenas bordadoras que recibían muchos encargos, bordaban en casa, al igual que lo hicieron también sus dos abuelas. De joven completó su formación acudiendo a la Escuela de Artesanía de la Villa de Mazo.

Fue también una de sus tías, propietaria de una tienda de artesanía, la que la introdujo y la puso en contacto con el lado comercial de esta profesión, a la que se dedica enteramente.

A la hora de elaborar cualquiera de sus magníficas piezas le mueve que su trabajo se mantenga dentro de las pautas que marcan la artesanía tradicional del bordado, manteniendo la esencia de la tipología palmera, aunque no descarta nunca la búsqueda de nuevos diseños que le permitan innovar en cada feria.

Su proceso creativo se inicia con un dibujo, que estampa en la tela, “lo que llamamos cisnado«. Las telas que utiliza son generalmente de lino o algodón,  “ésas a las que familiarmente llamamos tela de hilo«. Lo siguiente es la selección de los tipos de hilos que irán en función del tipo de bordado a realizar, por ejemplo, madejas de colores para punto indefinido y para Richelieu, “lo que conocemos por madejas palmeras«. Y una vez concluido el bordado propiamente dicho, se procede al recorte de la tela para terminar con el lavado y planchado, proceso éste de primordial importancia para una buena presentación del producto.

La inspiración de la mayoría de sus dibujos está basada en motivos de la naturaleza que la rodea, por ejemplo flores, árboles y pájaros. Así que María Gloria dedica parte de su tiempo en buscar nuevos dibujos o fotos en libros y revistas.

Otra de sus facetas como bordadora es la de la investigación, pues a esta artesana le gusta rescatar puntos antiguos, estudiando piezas de bordado que guarda y atesora heredados de su familia.

María Gloria nos explica que en este oficio las técnicas se siguen manteniendo, lo que ha cambiado son los tipos de piezas que se hacen. “Antes se bordaba sobre todo cosas prácticas para la casa, y ahora muchas de las piezas de artesanía son piezas de decoración”.

Como a todas las artesanas y los artesanos de oficios textiles, el mayor problema con que nos enfrentamos, y en el caso particular del bordado, es la incursión del mercado oriental, de mala imitación y escasa calidad. Pero chocamos con que la mayor parte del público no sabe distinguir las calidades del trabajo y de los materiales, y nosotros no podemos competir con los bajos precios de dichas piezas. Además ya las tiendas no compran bordado hecho aquí, por lo que sólo nos quedan las ferias de artesanía como canal comercial.

Angela Cruz

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