El Cabildo rinde homenaje a la caladora María Dolores Hernández en el Día de la Artesanía
La artesana lleva 65 años dedicada a este oficio.
(24NOV14) El Cabildo y el Ayuntamiento de Tegueste reconocieron el pasado viernes la tratyectoria de la maestra caladora María Dolores Hernández, que lleva 65 años dedicada al oficio. El acto se incluye dentro de las actividades que la Corporación insular organizó para celebrar el Día de la Artesanía Insular y que este año eligió al municipio de Tegueste como lugar para acoger los diversos actos.
El acto de reconocimiento contó con la presencia del presidente del Cabildo, Carlos Alonso; el vicepresidente económico insular, Efraín Medina y el alcalde de Tegueste, José Manuel Molina. Emocionada, María Dolores recogió su premio ante el aplauso de los asistentes. Aprendió a calar siendo una niña, con apenas siete años y, cumplidos los 72, sigue dedicada a un arte tradicional que lleva en la sangre y al que profesa un amor infinito.
Ha dedicado su vida al calado tradicional, primero creando, y luego, además, enseñando a aprendices y maestras. Defiende como nadie esta labor de artesanía y cuenta con un destacado prestigio internacional.
A los siete años empezó a hacer sus primeras pruebas en su pueblo, La Perdoma. Allí aprendió las técnicas más básicas a fuerza de observación y paciencia. Recuerda en especial a sus maestras, Arista Hernández y Juana “La Millita”, a quienes debe, en buena parte, la pasión que hoy profesa a su trabajo.
María Dolores desprende energía, carácter, resolución y también un refrescante sentido del humor que alimenta con horas de amor al trabajo, y de risas rodeada de sus nietos. Tal vez por eso sus alumnas, de todas las edades, confían a ella su arte y su tiempo. Niñas y ancianas disfrutan de sus clases en su taller de Tegueste, donde expone con infinito orgullo las piezas que unas y otras van creando.
Purista en las formas, esta artesana orotavense no reniega, en absoluto, de la innovación, y ha sido siempre contundente a la hora de poner en valor un oficio al que permanece entregada. Por eso ha reivindicado siempre la necesidad de apoyar y sostener la artesanía del calado, de que las piezas tengan el reconocimiento y la valoración que merecen y, sobre todo, que cuente con la protección necesaria para que el arte que enseña no se pierda y pueda ser un medio de vida también para generaciones venideras.
Como ella misma ha dicho cien veces, para que alguien en la familia quiera seguir la tradición, “todo está en poner amor en las cosas”. Y en su caso, así ha sido: su hija, Inmaculada, de la que se siente muy orgullosa, es ya una diestra artesana, digna alumna de su madre.
María Dolores Hernández, que ha llevado talleres de calado incluso a Cuba, ha recibido numerosos diplomas y reconocimientos por su destacada carrera, entre los que figuran el premio del Primer Concurso para el Diseño de la Artesanía Canaria, en 1985; el accésit del V Concurso Regional de Diseño de Artesanía, en la modalidad de Uso Personal; una mención de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y Caribe de la UNESCO; el Primer Premio “Félix Álvaro Acuña Dorta” de la Artesanía y, recientemente, el tercer Premio Pieza Museo de Artesanía Iberoamericana en el marco de la 2ª Feria Tricontinental de Artesanía.
La artesanía es una actividad que cumple un rol importante en la cultura de nuestro pueblo. A través de ella se transmiten las costumbres, la identidad e idiosincrasia y la conservación de nuestro patrimonio, además de potenciar el sector primario y el desarrollo económico.
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