Vicente Barraqueta Pelegrín

Vicente Barraqueta se inició en el oficio a la edad de 30 años, y durante cuatro estuvo aprendiendo “hasta convertirlo en mi medio de vida”. Adquirió los conocimientos básicos en el taller de un grabador mejicano radicado en Ibiza y en Las Palmas.

Posteriormente durante su estancia en el Sur de Francia se vio inmerso en las manifestaciones artísticas de la década de los 70, donde desarrolló un trabajo más personalizado.

Este artesano de la piel y el cuero sigue utilizando las técnicas artesanales tradicionales, aplicándolas a nuevos diseños. Emplea preferentemente pieles de vaca, cordero y cerdo, para la elaboración de un amplio abanico de modelos de bolsos, carteras y monederos.

En primer lugar diseña la plantilla de la pieza que tiene pensado realizar, la recorta, la decora con troqueles o con la gubia, la tinta para finalmente coserla. “Casi siempre la inspiración me llega trabajando, metido de lleno en lo que hago”, aunque también le influyen las tendencias que descubre en el trato directo con los clientes, ya que según Barraqueta, “se puede vivir de esta actividad acertando con el producto y dedicándole jornadas de muchas horas”.

El repujado del cuero es un antiguo arte milenario, una suerte de escultura del cuero donde se trabaja el volumen y el relieve de la piel, uno de los procedimientos que exige mayor habilidad por parte del artesano. Consiste en trabajar el cuero por ambas caras, en una se dibuja el motivo y se repuja por la otra al reverso.

En la actualidad, Vicente Barraqueta está inmerso en el diseño de nuevos patrones de bolsos y unos discos decorativos con los que inicia su incursión en el mundo de la artesanía decorativa.

Ángela Cruz