Javier Martínez & Isabel Angulo – Taller DEDOS

«La artesanía es OFICIO con mayúsculas, es el que se mezclan como ingredientes la técnica, la creatividad, la curiosidad, la ilusión, y algún aderezo más»

Javier Martínez se inició en el oficio a la edad de 20 años con el ceramista Santiago Vara, primero en Madrid y posteriormente en Tenerife  por espacio de dos años aproximadamente, “después he sido autodidacta”. Desde el principio la cerámica me enganchó por lo que tiene de mágico el contemplar la transformación de un material plástico, modelable, que después de pasar por el horno se convierte en un material duro, expresivo y resistente.

Tras un periodo en que aparcó la cerámica y se dedicó a la docencia, se le presenta la posibilidad de retomar la actividad artesanal y regresa a Tenerife junto a su mujer, Isabel Angulo, también ceramista. Unen sus trayectorias y comienzan a trabajar juntos, formando el taller DEDOS, “simplemente porque siempre nos ha gustado una vida más tranquila dedicada a la labor creativa en la que uno se marque los objetivos, los horarios, trabajar cerca de casa y en lo que nos gusta”.

Para la elaboración de sus piezas utilizan preferentemente barros refractarios o gres chamotado, barros de baja temperatura en diversos colores e incluso porcelana. No suelen dibujar las piezas, aunque normalmente llevan a cabo un “apunte” previo, pero siempre realizan modelos en tamaño real y prueban con diversos acabados o formas sobre la marcha para presentarlos en las ferias, para que sea el público el que decida sobre la aceptación de la pieza o artículo.

Sus piezas están realizadas con pocos esmaltes, y buscan acabados y texturas que recuerden el paisaje y los materiales volcánicos isleños. “Nos gusta trabajar con el barro visto, o sea bruto, sin mucho color ni esmalte, por eso trabajamos refractarios beige, marrón oscuro o negro, que parecen sacados del mismo suelo volcánico”. En cuanto a las técnicas, aunque siempre hay avances o nuevas aplicaciones, siguen las tradicionales los aspectos innovadores se manifiestan en el diseño y la imagen.

Generalmente sus productos son comerciales, pero con diseños propios “que sean adecuados al mercado turístico de las islas”, aunque también elaboran artículos de decoración muy variados, desde murales a lámparas, jarrones o espejos, “y piezas en las que ponemos más de nuestros sentimientos y forma de entender la vida y la artesanía, ya que pensamos que a través de una materia viva como es el barro podemos expresar mejor nuestra creatividad, emociones y sentimientos”.

Ángela Cruz